ARQUITECTURA CRITICA

El “objeto” escalera se compone de una sucesión periódica de elementos horizontales (escalones o pisadas) dispuestas en dirección y sentido vertical, sostenida por uno o más elementos que hacen de soporte. La equidistancia de estos escalones esta en relación directa a la conformidad de la posibilidad una persona que podríamos denominar “tipo” para ser transitada. Según el Diccionario de la Real Academia Española: “(Del latín scalarĭa, pl. n. de scalāres). Femenino. Serie de escalones que sirven para subir a los pisos de un edificio o a un plano más elevado, o para bajar de ellos. Úsese también en plural con el mismo significado que en singular.”
Subir y bajar, la transición, la unión entre dos planos físicos es su función primordial. Damos por comprendido que hablamos de un objeto arquetipo, destinado para el hombre, por ende la escala y tamaño del mismo está en relación directa. Definimos a modo síntesis, por consiguiente, la función de unión entre dos elementos-situaciones verticales (niveles físicos, por ejemplo pisos de un edificio). Significativamente consideramos como el paso entre estratificaciones, tanto sociales como económicas.

A este elemento no se lo reconoce fácilmente como perteneciente a otro género del diseño, pues éste conforma parte del todo del mismo. El sujeto que interpreta, difícilmente lo define o como un hecho aislado a la integración del conjunto. Sin embargo, este objeto de diseño se configura como un “representámen” para el individuo, pues el objeto es una realidad física del mundo material y es una idea psíquica muy fuerte para él. Desde éste punto de vista, si se puede afirmar que pertenece a otro sub-genero. El objeto significa esfuerzo e incomodidad, mientras el conjunto arquitectónico lo presenta, a veces, como una elemento clave del diseño integral y pieza estructurante de dicho diseño con cualidades tecnológicas y funcionales aportados por los diseñadores que no son correlatos reales de las ideas mentales de quienes lo interpretan. Esta dualidad, está dada por causas proyectuales debidas a la incorporación de otros elementos tecnológicos de ascensión que facilitan o suplen este objeto de diseño.

Culturalmente se podría hablar acerca de la escalera, que se idea con un principio de ascensión. Demarca un significado de elevación, de conexión con lo espiritual religioso, con el poder, con el estatus social, la altura significa seguridad y representación. De ahí Estar “sobre” el resto. Podemos hacer un paralelismo entre dos realidades o bien dos o más etapas de una realidad. Una escalera posee un carácter transitivo. No cuesta establecer que el significado cultural que sobresale de la escalera es su sentido de ascensión, el de medio para alcanzar una meta que se eleva por nuestras posibilidades fisiológicas, y quizás mentales también.

De por sí su designación proviene de escalar, no de descender ni transitar llanamente, demarca un presente y un futuro sucesivo próximo. Este plus de significado puede afectar su valor, puesto que la significación de la ascensión está ligada directamente a un esfuerzo físico provisto por el usuario, siendo éste medio fácilmente reemplazable por las tecnologías modernas propuestas para salvar de mejor manera los obstáculos que el elemento escalera satisface. El interpretante de éste elemento, está determinado a los proceso temporales, culturales y tecnológicos los cuales fueron aportando las bases de la actual significación, cuya escala es ilimitada. Vale decir, que todos esos procesos antes mencionados fueron los que conformaron su actual significación a éste objeto y a los demás componentes del la obra arquitectónica, afectando a el elemento escalera de tal manera, que deja de ser el principal modelo estructurante de las antiguas obras, a pasar a ser mayoritariamente un elemento de servicio complementario dentro del hecho arquitectónico.

Particularmente el objeto Escalera es, además de lo antes mencionado, novedoso en las posturas de algunos maestros que replantean los conceptos tectónicos y los promueven en nuevas formas de conceptualización y significado de los hechos constructivos. Novedoso en aspectos morfológicos expresivos, pero que continúa manteniendo su antigua función para la cuál fue concebida: la vinculación por medio de un elemento físico, de dos espacios en distintos planos espaciales. Esa es sin embargo, su verdadera naturaleza y razón de ser. Esta, puede resultar extraña en cuanto a su materialización y conformación, donde es el principal elemento de diseño que enriquece al conjunto con la simpleza única de su función, (en obras actuales). Este grado de evolución se encuentra ligado a la readaptación de los antiguos postulados arquitectónicos propuestos por la modernidad, simplificando su uso y concepción espacial del mismo ligado a los nuevos procesos industriales y a las variables económicas que afectaron su desarrollo conceptual. Asimismo, responde a la satisfacción de las nuevas necesidades planteadas por las actuales configuraciones espaciales que plantean la respuesta a las problemáticas presentes. Elemento como tal, constituye para el interprete esa noción de cuerpo de transición entre los espacios constituidos por distintos estratos, readaptándose con el transcurso del tiempo al grado de configurar el diseño como elemento de servicio que responde a las medidas o normas de seguridad enriqueciendo la dimensión funcional de la ornamental acrecentando su valor de uso.

Sin dudas podemos encontrar relación estrecha entre todos los arquetipos y la naturaleza. La arquitectura, tectónicamente (sin entrar en detalles funcionales ni de habitabilidad ni de sensaciones) no es más que una reelaboración de los elementos de la naturaleza con medios tecnológicos disponibles, y desde luego controlables, tanto por “constructibilidad” como por emplazamiento.

Autor: Arquitecto Nicolás Bertola

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