ARQUITECTURA CRITICA

Proyectos, Obras y Documentos de Arquitectura Contemporánea

Santiago de Chile (1942), Arquitecto (1965) y Magister en Planificación Urbana (1968) en la Universidad Católica de Chile. Obtiene 34 premios y 30 Menciones de Honor en Concursos y Bienales de Arquitectura. Ha sido jurado en 54 concursos nacionales e internacionales. Es autor y coautor de libros sobre arquitectura y urbanismo, más 6 en colaboración con otros autores. Entre los primeros “Otra Arquitectura en América Latina” (Editorial G. Gili, 1988). Ha escrito ensayos sobre estos temas en revistas internacionales. Sus obras han sido materia de 3 libros monográficos.

Con Enrique nos encontramos en Medellín durante la BIAU 2010. En la pausa entre las presentaciones, encontramos unos minutos para tomar un café y charlar.





I.M.: Aprovechando que estamos en la Bienal Iberoamericana, inicio preguntándote sobre cómo ves el panorama de la arquitectura de la región ya que tanto en estos eventos como en los SAL ha sido muy importante tu participación.

E.B.: Bueno, ha cambiado bastante desde las primeras versiones a ahora. Yo creo que el cambio se da porque estamos cambiando de época realmente. Todo el asunto de lo que es la globalización tanto económica como de comunicación, todo lo que es el aspecto de lo que es la sustentabilidad que incluye la energía y por otro lado lo ambiental, están produciendo un cambio en lo que acostumbraban a llamar el espíritu de la época. El espíritu de la época es otro, entonces tenemos que saber adaptarnos a eso y tomarlo de forma positiva y darle una respuesta positiva pero desde nuestros lugares, desde lo latinoamericano, desde su país o desde su región.

Entonces, existiendo cosas muy interesantes en diferentes países son pocas las búsquedas en ese sentido. Hay mucha gente muy dotada que hace diseños muy bonitos, pero he visto poca reflexión todavía en torno a estos temas que a mí me parecen centrales. No quiero ser pesimista.
Quiero ser optimista. Pero es algo que tiene que suceder…

I.M.: Fuiste un precursor en incorporar el verde a los edificios, en sustentabilidad…

E.B.: Fue suerte, fue una casualidad nomás. Yo comencé cuando estaba en la escuela de arquitectura, cuando estudiaba  que hice un edificio que tenía casas adentro en una estructura en doble espiral, con árboles y fuentes de agua. Lo cierto es que me gustaba, no era porque nadie hablaba de sustentabilidad. De repente quedé inmerso en el tema de la sustentabilidad, pero por suerte.

I.M.: ¿Te parece que tienen responsabilidad las universidades en instalar estos temas?

E.B.: Si, mucha. Pero yo creo que lo están instalando con atraso. El tema energético también, con atraso pero lo están haciendo. Son los primeros esbozos. El tema de la globalización, de lo mediático y de la comunicación de este nuevo mundo que estamos viviendo yo creo que eso no se ha tocado.

I.M.: En este momento ¿qué proyectos estás desarrollando y cómo se enfocan estos temas?

E.B.: Estoy desarrollando temas universitarios. Básicamente tres proyectos universitarios: uno relacionado con minería que en Chile es muy importante y es un centro de minería. El otro es un centro tecnológico y el otro es la casa central de una universidad. Preferiría mostrarlo en diseño y no en palabras.

I.M.: ¿Y también estás escribiendo?

E.B.: Tú sabes, los profesores arquitectos a veces tienen trabajo, a veces poco…
Aprovecho cuando tengo un poco menos de trabajo para escribir. Pero me cuesta mucho escribir porque yo no soy un escritor. Además es una manera de pensar distinta a la del arquitecto. Esa manera lineal de poner el pensamiento no es propia del arquitecto. Somos más desordenados.

I.M.: ¿Dentro del fenómeno de la globalización que mencionabas, qué opinás de los arquitectos que se transforman en marcas?

E.B.: Yo no hablo en contra de los arquitectos en sí porque hay arquitectos muy buenos.
El fenómeno es muy malo para la arquitectura.
Hasta la época de Le Corbusier o en la pintura con Picasso o Braque, los pintores o los arquitectos podían ser muy conocidos, pero igual su principal labor, no era el marketing, era desarrollar su trabajo creativo. El estudio de Le Corbusier eran 20 personas, Scarpa nunca tuvo más de 6 personas, Kahn, igual, eran estudios chicos. Tenían dominio sobre lo que se hacía. La labor creativa es la trayectoria.

El impacto, en este mundo tan de moda, es una cosa frenética. Cuando el impacto es conocido ya deja de ser impacto, y pierde el interés. Es como la publicidad cuando la ves la primera vez te fascina porque está muy bien hecha y a la segunda te fascina un poco menos y a la décima ya no la quieres ver.

I.M.: Y después la arquitectura permanece años…

E.B.: Claro, la arquitectura se queda. Hoy están de moda las pieles y está bien y hay pieles muy bonitas. Y ya son puras pieles, y dices hasta cuando, no sé….

I.M.: ¿Cuáles son los problemas que observás en relación de la ciudad latinoamericana y su dispersión?

E.B.: El problema de las periferias que no es un problema latinoamericano, sino un problema mundial. París, Roma, Venecia tienen periferias muy feas, horribles.
Además a nuestras periferias se les suma que una gran parte son periferias muy pobres. Es un problema arquitectónico que no ha sido tratado. Hay un grupo en Chile que es Elemental, que me parece a mí que está bien, pero pueden hacer en una escala reducida porque se necesitan muchos recursos. Se trata de recuperar la vida de barrio, los espacios públicos, pero falta tanto por hacer…

I.M.: ¿Qué arquitectos jóvenes plantean una continuidad en tu trabajo?
E.B.: Yo no me creo líder de nadie ni profesor, ni para darle clases a nadie. Hay muchos jóvenes y muy buenos y no voy a nombrarlos porque si me olvido de alguno después me llaman por teléfono.
Pero dentro de las presentaciones de la Bienal quiero decir que me impresionaron enormemente bien con sensibilidad muy parecida a la mía, el grupo español Selgas Cano y lo mismo, Claudia Uccelli de Perú que nombró artistas de land-art que me encantan, que trabajan con la luz como Dan Flavin y James Turrell. Me sentí muy afín a ella…

1 Consorcio Santiago 1990
2 Iglesia Colegio Villa Maria 1992
3Puente Zapallar 2008

I.M.: ¿Cuáles son las disciplinas externas a la arquitectura que te aportan?

E.B.: Yo leo, me gustan los ensayos. Por eso me gusta Borges, que escribe ensayos. Me gusta el arte y trato de estar al tanto. Leo revistas de arte. Una que es muy buena, Art Forum que es muy completa. También viajo y veo arte, porque el arte no está en los museos, lo que a mí me interesa está en los desiertos. Quiero visitar Roden Crater de James Turrell que recién lo abren en 2015 y ahora no está permitido entrar. Y quiero ir al Lightning Field de Walter de Maria, y que caigan los rayos!

En Houston, Texas, hay un museo de Mies Van de Rohe de los 50 y 70 y al frente está un museo de Moneo que tiene 8 o 10 años, que está bien y que están unidos ambos dos por debajo de la calle. Entonces la unión se la dieron a James Turrell y es lejos lo mejor de los dos museos. Estuve muchas horas, fascinado…

I.M.: ¿Qué les dirías a los arquitectos jóvenes que se inician?

E.B.: Les podría decir una cosa. Yo soy un enamorado de la arquitectura, me encanta, eso tiene sus beneficios y desventajas. Yo doy gracias a Dios de levantarme todos los días a hacer lo que me gusta. Por supuesto uno tiene problemas igual y todo lo demás… Pero hay un dicho de Confucio que dice elige un oficio que te guste y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida.

Si no hay pasión no se dediquen a la arquitectura. Para ganar plata elijan otras profesiones que son mucho mejores. Les va a costar encontrar trabajo. Por eso hay que tener real vocación. Hay que entrar con ganas. Hay que tener pasión. Van a obtener una satisfacción espiritual que compensará no ganar plata.

Autora: Inés Moisset
Para ampliar la información consultar en 30-60 N30- impacto cero
Colección: 30-60 cuaderno latinoamericano de arquitectura
Editorial: Editorial I+P, Córdoba, Argentina.





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