ARQUITECTURA CRITICA

Proyectos, Obras y Documentos de Arquitectura Contemporánea


Carlos Muriel es arquitecto por la Universidad Europea de Madrid y ha desarrollado su labor profesional entre España, Francia e Inglaterra. Actualmente trabaja en el estudio londinense galardonado con el premio Stirling, Stanton Williams. Aparte de su labor como arquitecto, Carlos es el editor del blog Arquitectura Para el Público, desde donde acerca la arquitectura al público en general a través de comparaciones con elementos de la cultura popular.




A.C. Me animo a decir que no existe arquitecto que no haya soñado con viajar por varios países, recorrer ciudades y espacios naturales diversos, conocer culturas diferentes y enriquecerse con la experiencia, pero evidentemente no es algo que todos pueden hacer. Carlos Muriel es uno de los que sí tiene esa dicha y accedió a ser entrevistado para contar sus vivencias. ¿Cuáles son los motivos que lo llevan a emprender dejar su lugar de residencia y trabajar en otros países?

C.A. Siempre he querido vivir en el extranjero desde pequeño, está fijación estuvo ahí incluso antes de querer ser arquitecto. Quizás todo venga por mi padre, a quien su trabajo obligaba a viajar varias veces al mes a países de todo el mundo. Las historias que nos contaba a su vuelta causaron un gran impacto en aquel niño de 8 o 10 años. Supongo que así es como nació esta voluntad de conocer otros países. En cuanto terminé la carrera de arquitecto tuve claro que quería conocer otras maneras de aproximarse a la arquitectura, así que empecé a mandar currículum por, literalmente, todo el mundo.

A.C. ¿Tenía algún país de preferencia?

C.M. Mi sueño era y es trabajar en Estados Unidos. Mandé cientos de currículums a todas las ofertas de trabajo que veía, aunque nunca me respondieron de ninguna. Bueno, hubo un estudio de California que me ofrecía una beca no remunerada... Yo ya había estado trabajando casi tres años en España y no consideré esa opción. Viendo lo complicado que era buscar trabajo en Estados Unidos desde Europa, empecé a escribir a estudios de países de habla inglesa, ya que por aquella época aparte del español yo hablaba tan sólo el inglés. Todo esto pasó en 2009, cuando la crisis estaba afectando de manera despiadada especialmente Europa. No había trabajo y sobre todo en arquitectura la cosa estaba muy complicada. Tras dos entrevistas infructuosas en Londres, decidí escribir a estudios interesantes de cualquier país de Europa. Así es como escribí a un estudio de París, ODBC, del cual me llamaron para hacer una entrevista. Conseguí el trabajo sin hablar una sola palabra de francés.

A.C. ¿Cómo fué la experiencia de trabajar en un estudio francés sin hablar el idioma?

C.M. Allí se trabajaba en francés y a día de hoy aún me pregunto por qué me cogieron sin hablar el idioma, ya que me enteré tiempo después que era la primera vez que contrataban a un arquitecto sin hablar francés... A pesar de ello, prácticamente todo el mundo en la oficina hablaba inglés, pero todas las reuniones y el trabajo eran en francés. Fué una experiencia dura porque tuve que ponerme la pilas para aprender el idioma a la vez que trabajaba. A pesar de eso, la oficina estaba formada por arquitectos de nacionalidades de todo el mundo, y la experiencia en ese sentido fué impagable.

A.C. ¿Qué rescata de convivir en lo profesional con gente de variada formación y procedencia?

C.M. Es una experiencia muy enriquecedora en todos los sentidos. Desde el punto de vista de la arquitectura, te ayuda a contar con un abanico más amplio de herramientas a la hora de proyectar. La arquitectura se percibe de una manera mu distinta en cada país. Por ejemplo, en Francia basan el proceso creativo en la imagen que el edificio proyecta al exterior. En Inglaterra les gusta proyectar a partir de las sensaciones que crea el edificio al recorrerlo. Los arquitectos de países árabes proyectan mucho a partir de la volumetría del edificio, estableciendo paralelismos reinterpretando elementos de la arquitectura tradicional... Rápidamente uno se da cuenta de que todas estas herramientas son igualmente válidas para proyectar, no habiendo una mejor que otra, ya que el resultado final puede ser tan bueno o tan malo como cualquier otro proceso creativo. Por ejemplo En España se proyecta mucho a partir de la planta, y la fachada de un edificio prácticamente no se toda hasta el final. De hecho hay un dicho en España que dice que la fachada es el premio al diseño de una buena planta... Esto en Inglaterra por ejemplo sería impensable, ya que el el edificio se proyecta en su conjunto desde el principio.

A.C. Las diferentes concepciones y miradas, dada esta diversidad, ofrece más posibilidades de resolución, ¿pero a la vez puede presentarse como un obstáculo de entendimiento?

C.M. Es cierto que sobre todo a la hora de iniciar un proceso creativo, digamos un concurso, es importante adaptarse a la manera en la que se proyecta donde estás trabajando, sobre todo al principio. No puedes llegar y aplicar tu manera propia de hacer las cosas. Esto obliga a adaptarse y a aprender a hacer las cosas de una manera diferente a la que estás acostumbrado. Esto no es fácil, pero desde luego que es muy enriquecedor porque te vas dotando de nuevas herramientas para poder afrontar un proyecto. Con lo cual maduras más rápidamente como arquitecto.

A.C. ¿Cómo es la organización de Stanton Williams, el estudio donde trabaja actualmente?

C.M. Para mí trabajar en Stanton Williams ha sido un cambio muy fuerte respecto a lo que estaba acostumbrado. Al contrario de lo que puede ocurrir en España o en Francia, en Inglaterra hay muchos estudios de gran tamaño. Yo trabajo en un estudio de 80 personas, que para Inglaterra es un tamaño mediano. En España o en Francia sería un tamaño que sólo tendrían algunas de las oficinas más importantes. La otra diferencia que encuentro es que en Inglaterra las oficinas de un cierto número de empleados, como puede ser donde trabajo, están muy profesionalizadas, funcionan totalmente como una empresa. Esto está muy bien. La crisis ha hecho ver que la infraestructura de los estudios de arquitectura en España y en Francia es nula. No hay provisiones económicas, ni business plans. Con lo cual estudios de 100 personas han pasado a ser de 10 en pocos meses. Aunque Inglaterra no ha escapado de los despidos masivos en las oficinas de arquitectura, no ha sido tan exagerado, y las infraestructuras han aguantado mucho mejor. Otro detalle, que también se puede apreciar en mi actual oficina, es la jerarquía que hay de puestos, muy parecida a cualquier empresa de otro sector. Partner, director, asociado, jefe de proyecto, arquitecto parte III, arquitecto parte II.. Da igual la experiencia que tengas, para ir subiendo de puesto y adquiriendo más responsabilidad debes primero llevar ya un cierto tiempo en el estudio. Debes asimilar su manera de proyectar y su manera de trabajar, hasta adquirir el ADN de la empresa. Para quien no está acostumbrado a esto, se puede hacer un tanto tedioso. Pero es cierto que lo que se logra con ello es una gran coherencia en todos los proyectos del estudio, independientemente de cual haya sido el equipo diseñador. Esto significa que se pierde esa noción tan interesante de "taller de arquitectura" e investigación que puede haber en España o en Francia por ejemplo. Pero lo que es indudable es que las condiciones laborales en un estudio de arquitectura mediano de Inglaterra son envidiables. En España deberíamos aprender mucho más de ello.

A.C. Volviendo al tema de trabajar en otros países ¿Podría tomarse esto como un modo de vida o es una circunstancia simplemente?

C.M. Cuando comencé mi aventura en el extranjero pensé que sería algo temporal. A medida que el tiempo fué pasando y la crisis económica española derivada de la burbuja inmobiliaria empeorando, me fuí dando cuenta de que la temporalidad podría convertirse en algo más permanente. Creo que sobre todo al principio es muy bueno moverse, y aprender de todos lados. Para mí lo fundamental es aprender y estar feliz con lo que haces. En el momento en el que alguna de estas dos cosas falta, hay que cambiar. No se puede trabajar sin aprender nada, porque si no te estancas. Y no se puede trabajar sin ser feliz, porque el 70% de nuestro tiempo lo pasamos trabajando, y si somos infelices en la oficina viviremos amargados.

A.C. ¿Alguna reflexión para los lectores?

C.M. Son momentos duros para la arquitectura y los arquitectos, sobre todo para los más jóvenes. Pero no hay que desanimarse, las oportunidades están ahí, sólo hay que ir a buscarlas. Hay que perder el miedo a salir fuera. Vivir en el extranjero y conocer culturas nuevas sólo puede aportar cosas positivas tanto en el terreno profesional como en el personal. Hoy más que nunca hay que ser muy flexibles y saber adaptarse rápido a las nuevas realidades. Vive el presente, pero ten siempre un ojo mirando al futuro. Por último terminar con una frase de Alejandro Magno: "Si espero, perderé la audacia de la juventud".



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