Al comenzar un proyecto de arquitectura algunos dudan en elegir un estudio de arquitectos de vanguardia creyendo que la calidad y originalidad del diseño moderno tiene que ver con un costo elevado de la obra. Es entonces cuando terminan optando por un diseño tradicional y repetido. El diseño contemporáneo, entendido como una propuesta particular y enlazada con la actualidad tiene un costo que se amortiza en el resultado final de la obra y aporta un alto valor agregado a la misma.
La arquitectura y el diseño contemporáneo tienen entre sus prioridades la funcionalidad. La funcionalidad busca el aprovechamiento máximo del espacio, optimizando cada lugar y cada pequeño rincón en relación a los usos, generando espacios amplios y dinámicos para los habitantes de la obra. De esta manera los metros de construcción tienen un mejor aprovechamiento espacial y de uso. Generalmente los espacios modernos se priorizan la integración superponiendo y vinculando acciones y usos compatibles.
Un diseño de vanguardia no implica el uso de materiales más caros, sino el análisis con respecto a cada momento económico y cada obra en particular en concordancia con la estética y la expresión artística. La modernidad busca eliminar lo innecesario para potenciar lo necesario de cada proyecto para que el mismo se transforme en un objeto de expresión único y responda a los usos solicitados. La vanguardia busca la idea de un diseño adecuado no la simple idea de prestigio y lujo. Esto se refleja en el uso expresivo de cada material, entendido este no solo como los materiales constructivos sino también en el uso de la luz natural, la textura del paisaje, las visuales y las relaciones entre los espacios.
Las ideas de la arquitectura moderna se basan en los conceptos de liviandad, oponiéndose al exceso de ornamentación. La decoración es parte integral del propio diseño y da carácter y personalidad al mismo. La misma puede estar conformada por la estructura, la textura y los detalles que relacionan a los materiales, y elemento fijos que colaboran en la construcción o funciones de la misma obra. En muchos casos gracias a nuestros paisajes patagónicos las visuales por medio de ventanales, se transforman en la decoración.
Algunos ejemplos acerca de lo que hablo son el uso del hormigón visto, donde la estructura y la terminación de la superficie es una sola cosa, reduciendo los costos en tiempo y en materiales. El uso del vidrio, da iluminación natural y los tiempos de ejecución en obra son mínimos.
Gracias a un buen proyecto se aprovecha espacios, se piensa en sustentabilidad, se minimiza el uso de materiales, se simplifica la mano de obra y se acota el tiempo tan preciado en momentos de incertidumbre.
Fotografía: Casa Vicene López - pac
1 comentarios :
Todo buen proyecto es la suma de una correcta implantación del mismo, de un adecuado diseño de sus espacios y el óptimo uso y elección de los materiales. Esto es independiente del costo de la obra. Solemos cometer el error de creer que el costo es el que define la calidad de una obra y no su correcto diseño y construcción. Esto es independiente del estilo arquitectónico que uno elija. Un proyecto arquitectónico puede ser moderno y económico, esto esta en nosotros como profesionales del diseño que así sea. Entendiéndose por económico al racional uso de los recurso para llevar a cabo al construcción de una obra en particular. También tiene que ver en la manera en la que llevamos a la realidad la idea primaria que siempre nace del propietario. Los arquitectos debemos direccionar esta idea, pues es muy difícil y poco habitual que él tenga conocimiento sobre cada corriente arquitectónica ya sea moderna, historicista si es art decó ó un diseño contemporáneo. Es mas suelen apelar a las revistas de diseño para expresar “esto, así es como lo quiero”. La constante repetición de estilos tiene que ver con esto. Por ello se observan innumerables ejemplos de espacios mal diseñados, situación que no han sido pensadas por lo cual terminan siempre reformándose a poco de haberse inaugurado la obra.
Derribar los mitos y creencias con respecto a que determinada corriente arquitectónica es más costosa que la otra es el desafío nuestro de cada día, pues de ello depende en muchos casos la contratación de nuestros servicios profesionales.
Un buen diseño arquitectónico perdura en el tiempo no por su coste elevado ni por sus originales materiales, más bien lo hace por el significado y el legado que deja para los años venideros.
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