ARQUITECTURA CRITICA

Obras: La Selva y La Vinya – PGA Golf Catalunya

Autores: BeOnLand Landscape Architecture: Vânia Lopes BeOnLand Founder, co-autoria con Judith Brücker
Arquitectura: Lagula Arquitectes y DeBlacam & Meagher Architects
Ubicación: PGA Golf de Catalunya, Girona
Fecha de proyecto: 2010
Fecha de construcción: 2011
Superficie:
La Vinya: 1.200 m²
La Selva: 560m²
Fotografías: © Enric Duch

Resumen
La Vinya y La Selva -Entre Transformación y Paisaje Natural

Situación
PGA Golf de Catalunya se sitúa a 10 min del centro de Girona, en medio de un inmenso bosque de carácter Mediterráneo con vistas al campo de golf, formando en su totalidad 300 hectáreas. Surgen casas como La Vinya y La Selva, dos espacios piloto situados en sectores diferentes y con distintas dimensiones.

Integración paisajística
El tratamiento paisajístico de Casa La Vinya y Casa La Selva pretende mantener y potenciar los valores naturales y paisajísticos existentes en su entorno. Rodeado de un bosque y sotobosque Mediterráneo, el entorno y el jardín se fusionan creando un ‘continuum’ natural y una armonía en su conjunto.

Sensaciones
La propuesta de paisajismo busca valores añadidos a través de los espacios recreados que transmiten sensaciones, envolviendo estas dos casas, caracterizadas por una moderna recreación de la Villa Palladiana Mediterránea. Esto se logra a través de la fragancia de las plantas aromáticas, que siempre están en los espacios más cercanos a los recorridos o zonas de ocio. Además ofrecen la experiencia de poder tocar y jugar con los materiales inertes que caracterizan el entorno. El obejtivo es encontrar en este espacio un lugar que invite a estar, a vivir, respetando a la vez el carácter del lugar.

Relaciones
Se valora el potencial de la relación con el Golf, las maravillosas vistas perceptibles desde diversos puntos de la casa y como ésta se diluye lentamente, sin límites y sin vallas, apenas mediante especies vegetales. El trazado viario, que divide sectores de parcelas, es también la base de ordenación de la plantación, valorando su localización, tanto en zonas más íntimas como las más expuestas, extendiendo esta misma a los espacios de diferentes usos de ocio.

Dinámica
La propuesta se vuelca en permitir que la circulación sea posible alrededor de la casa. De esta forma se consigue una dinámica entre el exterior y el interior, volviéndola el conjunto más fluido. El acceso al campo de golf es directo: unas cuantas traviesas así lo indican, con sutileza.

Sostenibilidad
El jardín de ambas casas mantiene una base sostenible, lo cual se consigue al utilizar apenas un 20% de riego automático dentro del área ajardinada. Este condicionante es sustancial y se asume como una medida fundamental a la hora de mitigar el abuso de uno de los recursos más importantes en climas como el del Mediterráneo, donde el agua escasea durante el verano. La introducción de una gramínea en el jardín, capaz de resistir largo tiempo sin riego, hizo posible la transformación del exterior en un manto verde. Las especies vegetales mediterráneas se han seleccionado teniendo en cuenta sus propias características vegetales, ambientales y formales, para garantizar su buen desarrollo y su integración paisajística. Y, a su vez, se han mantenido el máximo de árboles existentes, añadiendo el mismo número de árboles que han sido eliminados.

La Vinya

Este jardín de 1.200 m² está rodeado al Noroeste por el vial, al Este por otra parcela y al sur por el campo de Golf. Las plantas aromáticas acompañan los recorridos hacia la casa y rodean los espacios exteriores, difuminándose con las texturas y los colores de la vegetación preexistente. Las traviesas asumen la función de marcar recorridos por el jardín y, al mismo tiempo, crean una zona de juego para los niños. La idea de reutilizar materiales nos lleva a proponer un jardín de sensaciones. Este se sitúa junto a una zona que mantiene la topografía natural y la vegetación anterior, aprovechando la sombra que esta misma proporciona. Se producen pequeñas terrazas que van salvando el desnivel y crean áreas con diferentes materiales, permitiendo a los niños y mayores sentir sus texturas y proporcionando una relación directa con la naturaleza, saber que nos trasmite cada material cuando lo tocamos, bien con las manos o bien con los pies- como la arena, las piñas y la gravilla, entre otros-, haciendo alusión a los materiales existentes y utilizados en su entorno. La oportunidad de sentir y ver estos materiales de una forma distinta es un valor añadido al espacio exterior y a, su vez, se transforman en zonas de juego agradables en un ámbito más natural. Esto permite una libre recreación, de modo que estas áreas se pueden reciclar cambiando los materiales. Por ejemplo, utilizando las piñas en determinada época del año. Cuando éstas se empiecen a deteriorar, entonces se vuelve a colocar corteza u otro material. Es una dinámica muy interesante si así se desea. O bien, mantener siempre los mismos materiales propuestos.


La Selva