ARQUITECTURA CRITICA

Interesante punto de vista de Zaha Hadid en este reportaje. Nota extraída de simbiosis news, posiblemente traducida automaticamente.

Ser bueno no te hace famoso

Para ser un buen arquitecto, debes tener un mínimo de talento y muchos clientes satisfechos, contentos con sus edificios. De lo contrario no serás capaz de pagar tus cuentas.
“El Arquitecto famoso no requiere de clientes” frase acuñada por Zaha Hadid.
Para ser un arquitecto de fama internacional no se requiere tener cliente alguno y desde luego, tampoco edificios.

La Sra. Zaha Hadid, una de las más elogiadas y famosas arquitectas de nuestro tiempo, fue aclamada y famosa antes de que ella jamás hubiera puesto un ladrillo sobre otro. Ella recibió su primer pago de comisión por la construcción de un edificio de verdad después de 25 años en el negocio. Al igual que muchos otros de los grandes – sobre todo los postmodernistas – su reputación se basa totalmente en imágenes, no la vida real.

Ser un arquitecto famoso requiere un pequeño contacto con la realidad; solo necesitas un indulgente benefactor que pague tus cuentas año tras año. Puedes pasar más de una década siendo feliz, entrando en concursos internacionales, que seguro nunca ganaras. Sin embargo con las conexiones correctas, puedes tener publicados tus dibujos en las páginas derechas de revistas de vanguardia, libros y webs, con lo que obtienes la fama que tan justamente mereces.

¿Por qué no quieres ganar un concurso?

La última cosa que quieres como un posible genio que eres, es ganar un concurso antes de tener cuarenta y antes que el dinero de tu padre y su tolerancia se haya agotado. Ouch! Si ganaste el concurso que no querías ganar, todos los cuentos de obra aparecerán, cuentos de obra que nunca antes aparecieron antes de poner un pie en tu prístina mesa o pantalla.
Has empleado tu vida diseñando tus auto-indulgentes fantasías. Ahora tú realmente tienes que hacer que una de ellas se haga realidad.

Probablemente ganaste el concurso en un país en el que nunca has estado, por lo que no tienes ni la más mínima idea de la normativa de la construcción local y allí no conocen de las costumbres que tú tienes de la mecánica cuántica. El cliente en realidad trabaja para un presupuesto, por lo que él o ella tienen que tratar constante con tu idea ingeniosa. Los tristes tontos que certifican la construcción de la salud y la seguridad son tan arrogantes como para decir que la forma de distribuir los servicios sanitarios, o cuántos puestos de estacionamiento debes tener, o que tu creación debe cumplir los reglamentos contra Incendios.

¿Cuál debe ser tu plan de fama internacional?

Aquí está un sencillo plan de éxito a nivel internacional:

• Hazte de un par de abuelos ricos. La primera generación de riqueza no es una ayuda. La mera vulgaridad del dinero debe ser transmutado en una posición de clase, y que tenga al menos dos generaciones. Debes tener clase! Entonces tus padres serán indulgentes contigo cuando tu les digas que necesitas dinero para pagar por los altos honorarios que necesitas…

• Estudios en la Universidad correcta, como la AA, Harvard, o Yale.

• Refinar los exquisitos gustos y hábitos que te marcará para siempre como uno de los culturati. Y tus padres con sus conexiones en tu universidad lo permitirán…

• Conoce los críticos correctos, que hablarán acerca de ti, y publicarán todos tus dibujos de arquitectura que realmente nadie quiere construir. Mientras que tu esperas que eso suceda…

• Volver a enseñar en las Universidades donde te enseñaron. Allí puedes ganarte la vida con el mínimo esfuerzo, desde tu propio “noconstruido” serás las bases de todos tus cursos.

Vean la película Seis grados de separación. Esto en el caso de que su familia sea de la base de la pirámide.

Padres y amigos ricos te ayudarán a lo largo del viaje (que puede estirarse por décadas), mientras tu esperas por tu primer prestigioso contrato.

Mientras el resto de tus contemporáneos hacen sus familias y piden un préstamo, mientras les trabajan a clientes reales que quieren edificios reales, y así no mueren de hambre.

Con el dinero necesario, puedes pasar tus años veinte, treinta e incluso más allá como un diletante.

NB