
Este es un raro caso de un arquitecto desempleado de Estados Unidos, que tuvo la idea de poner su muy precario stand en la calle y cobrar 5 centavos de dolar por cada pregunta técnica efectuada. Según dicen el primer dií gano 35 centavos a razón de 7 consultas, pero su empresa fue creciendo y hasta ya tiene un sitio web con la propuesta (visitar sitio).
No creo que este tipo de cosas den una solución al mundo pero en un sentido más amplio son un reflejo de que nunca se debe perder el espíritu creativo, y en momentos de crisis (y no lo digo por lo financiero) es cuando más debe salir a flote.
¿Qué se puede hacer si le toca a uno? Estaría bueno hacer un brain storm con propuestas, al menos entrenamos la mente y nos hace sentir menos mal.
NB
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