La lejanía entre el pensamiento y la obra, la elaboración de un proyecto venido de ideas insinuadas en nosotros, el animo porque se vulva concreto. La factibilidad, lo practico volviéndose concreto, se convierte en realidad. El diseño en la Arquitectura nos distancia de lo ajeno a lo deseado, siendo importante como parte del desarrollo de la profesión la capacidad de expresar con líneas algo tan inasible como el pensamiento, son los conceptos que se van elaborando.
El dibujarlo pone a prueba nuestra capacidad de representar en firme algo que inicia, como una semilla plantada en nuestra mente, la flor, si la hay, tomara su tiempo. Realizar otros proyectos quizá nos lleve a encontrar soluciones a una obra deseada.
Trabajo de poner tierra de por medio, abstracta esta. Para en frio razonar y lograr con algo mas que intuición y sensaciones, producir una emoción en el observador al final. Teoría, práctica, técnica y posibilidad de realización, son formas de ganar definición en lo que deseamos crear.
Habiendo otra manera de acercarse y concebir las ideas, contradictorios conceptos, no por eso incompatibles al conocer el método: El escribir conduce a que acariciemos las ideas, seduciéndolas se acercaran en grupo. Simplemente se vuelve labor de ordenarlas, de acomodarlas, después de todo están en el aire, esperando a ser una nueva forma de expresión.
Al poner lo pensado en papel se va desarrollando por si mismo, va encontrando el cauce correcto, y algo tan frágil como una hoja se vuelve duradero y resiste los embates del tiempo. Así se torna en un planteamiento, encontrando una voz propia.
Pudiéndose postular algo, también se encuentra maneras de realización, el hacerlo es un valor en si. Tomar momentos que recuerden mas adelante, el vaivén del tiempo. Puede ser personal o no, pero siempre estarán ahí para no olvidar el proceso de evolución dada por el aprendizaje.
Después de todo el reflexionar nos conduce naturalmente al desahogo en la palabra escrita.
El dibujarlo pone a prueba nuestra capacidad de representar en firme algo que inicia, como una semilla plantada en nuestra mente, la flor, si la hay, tomara su tiempo. Realizar otros proyectos quizá nos lleve a encontrar soluciones a una obra deseada.
Trabajo de poner tierra de por medio, abstracta esta. Para en frio razonar y lograr con algo mas que intuición y sensaciones, producir una emoción en el observador al final. Teoría, práctica, técnica y posibilidad de realización, son formas de ganar definición en lo que deseamos crear.
Habiendo otra manera de acercarse y concebir las ideas, contradictorios conceptos, no por eso incompatibles al conocer el método: El escribir conduce a que acariciemos las ideas, seduciéndolas se acercaran en grupo. Simplemente se vuelve labor de ordenarlas, de acomodarlas, después de todo están en el aire, esperando a ser una nueva forma de expresión.
Al poner lo pensado en papel se va desarrollando por si mismo, va encontrando el cauce correcto, y algo tan frágil como una hoja se vuelve duradero y resiste los embates del tiempo. Así se torna en un planteamiento, encontrando una voz propia.
Pudiéndose postular algo, también se encuentra maneras de realización, el hacerlo es un valor en si. Tomar momentos que recuerden mas adelante, el vaivén del tiempo. Puede ser personal o no, pero siempre estarán ahí para no olvidar el proceso de evolución dada por el aprendizaje.
Después de todo el reflexionar nos conduce naturalmente al desahogo en la palabra escrita.
Autor: Emanuel Huerta - Colaborador de Arquitectura Crítica
ehuerta17@hotmail.com
@HuertaHr
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