Primera parte de ponencia La búsqueda formal de la arquitectura. 2º Congreso Virtual: La Forma. Aportes disciplinares”, organizado por la
Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán, por la Arquitectura Claudia Ramos.
El término FORMA, como tantos otros en nuestro lenguaje, requiere de la construcción de un contexto limitante para su definición. En tal sentido para definir la forma en arquitectura, es necesario establecer condiciones inherentes a la relación de ambos términos, que aportan los límites necesarios para su comprensión.
La primera de las condiciones refiere al concepto de intangibilidad, puesto que la práctica proyectual de la arquitectura, se distingue precisamente de otras artes, porque la “aprehensión” del objeto proyectado, ocurre en un plano de abstracción. Los medios e instrumentos de abstracción proyectual , permiten aproximarse a la relación “forma–arquitectura”, más no alcanza un nivel de comprensión total y real, no al menos hasta tanto pueda, materializarse en escala 1:1. Es cierto que el avance de tecnología ha permitido a arquitectos y diseñadores, aproximarse con un grado de similitud extraordinario, al objeto diseñado. Sin embargo aún, el pasaje de lo virtual , a la experiencia en tiempo y espacio real es un desafío pendiente. Lo antedicho revela un concepto, que da origen a la primera hipótesis, que quisiera proponer respecto de la dupla forma-arquitectura: “La forma en el proceso proyectual en arquitectura es un “supuesto”, una manifestación de intenciones estéticas (aunque a los arquitectos nos incomode esta palabra). Finalmente, la forma será lo que deba ser en el hecho arquitectónico materializado.”
El grado de previsibilidad, depende de las competencias del diseñador, en la “aprehensión perceptual” del hecho arquitectónico construido, y/o de su experiencia de materialización de sus propios proyectos. Esta última afirmación da apertura a un debate esencial sobre el concepto forma, en la práctica de la enseñanza del proyecto arquitectónico. Los actores involucrados en este proceso ponen en juego sus propias competencias y limitaciones. El estudiante, al menos en vigencia de los actuales planes de estudio, no tendrá oportunidad de verificar nunca su proyecto en escala real, es decir “la forma” y todas las demás variables de la arquitectura, sólo pueden someterse al análisis teórico de laboratorio y eventualmente comparativo con paramodelos, también de laboratorio. El segundo actor, el docente de taller de proyecto, arquitecto, traerá consigo su propio sistema valorativo de la arquitectura, específicamente en el campo de las formas. En el mejor de los casos, contará con experiencia en la práctica proyectual y materialización de sus proyectos. Podrá contar también con competencias perceptuales, adquiridas en el contacto real con la buena arquitectura, de todos los tiempos, de algunos lugares del mundo que haya podido visitar. Sin embargo este conocimiento es intransferible. Podrá tener su ojo entrena do, realizar una crítica certera, pero el estudiante solo capitalizará conceptos o reglas abstractas, otra vez sin contacto con la realidad o experiencia vívida.
Esto permite ensayar una segunda hipótesis: “La búsqueda formal en arquitectura, es un proceso experimental que depende de la conjunción de saberes teóricos y prácticos, de sus actores. El resultado final formal, corresponde a una categoría teórica ideal, cuya correspondencia con la realidad no es verificable hasta su materialización”.
La segunda de las condiciones refiere al concepto de interdependencia. La forma, entendida como la apariencia exterior de un cuerpo material en términos generales, en arquitectura no goza de ciertas libertades, como en otras artes o ciencias. La forma pura conceptualmente es atravesada por múltiples variables, como la función, los materiales, la tecnología, lo simbólico, el contexto. Debemos reconocer que los paradigmas estigmatizantes de estas relaciones, gozan de una mutabilidad determinada por el tiempo y el lugar. En este juego de preponderancias, donde la forma evidencia la condición de superioridad o subordinación de las variables mencionadas, no podemos ignorar que en la didáctica proyectual la tendencia es siempre la búsqueda del equilibrio. Dar a cada cosa su justo lugar, que ese justo lugar sea al servicio del hombre, en definitiva de sus necesidades físicas, psicológicas, intelectuales, emocionales, culturales.
Lo anterior da lugar a la tercera hipótesis: “La forma en arquitectura nunca estará sola, por ende, no puede estudiarse, ni gestionarse, ni analizarse, ni experimentarse, aislada de las demás circunstancias inherentes al hecho arquitectónico” Nótese el uso del concepto “hecho arquitectónico”, en reemplazo de la tendencia, cada vez más instalada en las últimas décadas, de referirse a la arquitectura como un “objeto arquitectónico”. Las palabras en nuestro lenguaje jamás son inocentes, hablan de nuestra concepción del mundo, en este caso de nuestra particular cosmovisión disciplinar. Permítanme hacer la siguiente distinción, cuando usamos el término objeto nos referimos a aquello que puede ser observado, estudiado y aprendido. Esto coloca al “objeto” de estudio en una posición de ente pasivo, donde el observador tiene una radiografía de situación, que puede analizar desde diversos parámetros. A diferencia el término “hecho” que refiere a aquello que ocurre. Esto coloca a la arquitectura en su verdadero eje, puesto que no solo se evidencia a partir de los elementos físicos y tangibles que la configuran, sino que propone una mirada sobre un sistema de acontecimientos contenidos por una materialidad (forma, materiales) Esto amerita una cuarta hipótesis: “La forma en arquitectura es la expresión, de la dinámica de un sistema de acontecimientos”.
La enseñanza del proyecto de arquitectura, en los últimos años ha sufrido una serie de transformaciones, derivadas de una multiplicidad de factores congruentes, que intentaremos caracterizar a continuación:
Accesibilidad infinita vs. Aprendizaje: Este fenómeno creciente de ruptura de fronteras, con la expansión gigante de la tecnología de redes de comunicación, provocó una sintomatología generalizada en el campo del conocimiento. La inmediatez del “dato” puntual, los caminos de búsqueda inagotables, la confusión respecto de la veracidad de la información, son manifestaciones de un sistema del que prácticamente no se puede escapar. Si bien puede considerarse un aliado férreo, a los propósitos de la socialización del conocimiento y la información, también se constituye en una trampa que me atrevo a denominar “la agonía de la investigación”. En un acto puro de sinceridad, todos sabemos que el límite entre la originalidad y el plagio es endeble. Y es así, me permito plantearlo como una afirmación, porque todos los mecanismos de búsqueda en la gran red, producen en el operador un efecto psicológico doble. Por un lado, la infinitud desmoraliza el esfuerzo (bajo elsupuesto que todo ya está hecho y con mínimo de selección, tendría solucionado el problema que dio origen a la búsqueda). Pero por otro lado, la situación de intimidad que se genera entre el observador y su ordenador, produce un fenómeno de pérdida del sentido de pertenencia. Es un acto que transita la esfera de lo privado, y pensemos esto: si yo le pido a mi pantalla que me devuelva información respecto de, por ejemplo: “culturas nativas americanas”, todo cuanto exista sobre el tema, que no tenga acceso restringido, me pertenece en tanto tengo acceso. Esta reflexión sobre los fenómenos comunicacionales, es de vital importancia aunque no lo parezca, en la dinámica del proceso enseñanza aprendizaje en el taller de arquitectura. Habiéndose borrado los límites de lo propio y lo ajeno, y al ser un universo tan infinito como inaprensible, el impulso de “copia”, es irrefrenable per o además incomprobable en términos generales. Todas las disciplinas de todas las carreras universitarias están expuestas a este fenómeno, y en particular , en el taller de arquitectura en los últimos años se puede leer claramente su incidencia.
Continúa...
Autora : Arquitecta Claudia Ramos
Facultad de Arquitectura UNT.
arqclo@hotmail.com
Cargos Docentes: Jefe de Trabajos Prácticos de Proyecto Arquitectónico I /1-8, Auxiliar Docente: Cultura y Producción Arquitectónica.-Docente en Materia Electiva: Diseño de Espacios Efímeros, a cargo de la Arq. María Lombana.- Docente en Materia Electiva: Proyecto y Forma, a cargo de la Arq.Clara Ben Altabef- 2012 Investigacion: Aprobado por CIUNT – Año 2005/06 TEMA: “La arquitectura como producción de la Cultura: La complejidad de la enseñanza – aprendizaje de la disciplina de diseño arquitectónico” Director: Arq. Juan Carlos Malcun Año 2013 - “Didáctica proyectual. Espacio social: contexto, uso y morfologia”. Directora Arq Clara Ben Altabef
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