ARQUITECTURA CRITICA

En los últimos años percibí claramente un cambio en las costumbres sociales en cuanto a la manera de llevar a cabo sus relaciones lógicas de grupo.

Donde históricamente se daba este fenómeno (la calle – los espacios públicos) noto el desinterés y el rechazo a desarrollar estas relaciones. El contacto con el otro, con otras personas, se vuelve restringido y selectivo, los medios de comunicación lo permiten a una escala global con una facilidad mayor que la de tener a una persona cara a cara, a la persona que quiero tener cara a cara. Una vez consolidadas estas relaciones, ahora virtuales, el contacto físico resulta inevitable.

Un poco como consecuencia de esto y otro poco por la paranoia colectiva por la inseguridad, la vida social pasa de ser extrovertida (en cuanto al medio físico espacial), e introvertida (en cuanto a privacidad de acciones), a ser lo contrario. Desde un punto cerrado y oscuro (puesto de mando personal) nacen y puedo mantener en pie cualquier vínculo externo por más complejo que sea. Al momento del encuentro el traslado es directo, me voy de mi punto a otro sin vivir el recorrido, sin descubrir la ciudad, para nuevamente estar encerrado en un mundo ahora físico, pero consecuencia clara del virtualismo en q se encierran las personas que lo crearon. Los otros mundos no importan mucho, es más, creo que nada. El desconocimiento de estas otras realidades provoca una segmentación social más clara y tajante, y como consecuencia rechazo y violencia.

La impersonalidad de llevar a cabo esta vida provoca desesperadamente ganas de definirnos públicamente para bien posicionarse dentro un grupo. Las acciones privadas pasan a ser públicas, el medio lo permite, por el medio nos conocen…………. Gracias al medio vivimos.

Dentro de este contexto creo reconocer otro fenómeno, que aunque no lo sea, no tengo miedo en proponerlo como tal. Me refiero a los formatos y soporte físicos de las expresiones de las personas, y también al espacio donde se consolidan estos artistas y el como se hacen conocer.

A mi entender el artista al momento en que las personas ocupaban los espacios públicos y las calles, se refugiaba en su mundo a reflejar todo lo que su creatividad le dictaba hacer, la manera de mostrarse se daba (se da) dentro de otro ámbito cerrado donde sólo los entendidos se animan a entrar.

Hoy, dando por echo que, la apropiación de los espacios se invirtió, están dadas las condiciones subjetivas para apropiar las calles y los espacios públicos por parte de los artistas, o de todo aquel que quiera expresarse, es en este punto donde existe un quiebre de costumbres que reacciona de mala manera contra estas nuevas vertientes, marginándolas y tildándolas de vandalismo caprichoso. Estos impedimentos conservacionistas obligan al desarrollo de la expresión contemporánea mas acertada a latir en las sombras de la ciudad.

Creo firmemente que hoy el espacio público y la calle es el espacio que debe contemplar a todo tipo de expresión. También creo que los recintos que antes respondían a la concentración y exposición del arte deben adaptarse a la situación de los artistas de hoy, el espacio que se necesita es totalmente extrovertido, deja de ser un espacio cerrado.

La negación al cambio es una característica común al humano, adaptarse al tiempo y la situación es inevitable, hacerlo de la mejor manera es una decisión que siempre debemos tomar.

Indudablemente para promover la comunicación física entre las personas tenemos que crear las condiciones mas adecuadas para el común de los habitantes, sin interrumpir el funcionamiento de la ciudad. ¿Cómo? Es la gran pregunta, podemos empezar por definir el funcionamiento al cual de esta, doy por hecho el sistema de red de núcleos intercomunicados unos con otros en el que se respeta una escala de privacidad y usos.

La manera más pertinente de actuar, a mi entender, se tiene que dar en los sistemas de flujos de individuos mas impersonales y masivos, es que en estos es donde las personas se ven obligadas a reunirse día a día, mas allá de su interés real en relacionarse; se tiene que dar sobre las áreas definidas de ciudad, en el punto intermedio entre los núcleos personales (casa/vivienda/mundo) y el momento en que se entra a estos sistemas de flujos impersonales, nace la oportunidad de concebir un espacio donde definirse, darse a conocer y reconocer la diversidad de mundos que encierran estos núcleos virtuales, además este encuentro común de las personas en un punto único de actividades articula las distintas áreas rompiendo barreras de segmentación fuertemente consolidadas; y como último, antepuestos a los núcleos de concurrencia masiva o específica, a modo de concentrar informalmente la relación de personas que respondan a los mismos intereses sin ser parte activa en el desarrollo de estas, siendo ahora parte en el desarrollo de estas.

Imagino estos espacios en cierto modo como grandes vidrieras interactivas y cambiantes, que atiendan nuestro interés actual a definirnos públicamente, donde mostrar lo que uno hace, lo que uno cree. Un espacio donde el encuentro casual conocido no se diluya tras la inercia del flujo imparable de personas que se mueve al ritmo salvaje de las cuestiones ajenas.

El espacio ahora tiene que ser interactivo, me brinda la posibilidad de usarlo, debe mostrar y captar la atención de los sin rostro que caminan desposeídos de sentidos ante la situación que los rodea. El ir y venir de un núcleo a otro, de un punto a otro se debe convertir en un espacio para vivirlo comunitariamente en constante interacción.

Siendo la calle/espacio publico el soporte de la expresión contemporánea resulta propicio adaptar los recorridos teniendo en cuenta el soporte mas adecuado para el desarrollo espontáneo, transformando a la calle en una especie de museo donde los elementos más cotidianos (ej.: un colectivo o bus) ahora son elementos de expresión.
El espacio es constantemente cambiante, en cuanto a su uso y expresiones, la identificación y apropiación se da en ese sentido, es el lugar que construyo a mi manera. Siento precedente de mi persona ante elementos claros y bien definidos que acompañan situaciones urbanas producidas por la generalidad de las acciones mundiales.

La forma en que las personas se apropian de los espacios, las distintas maneras de entender el medio y el contexto cultural extremadamente global en el que vivimos, donde nacieron y nacen los futuros usuarios urbanos, son claros indicios de un cambio inminente en la manera de proyectar ciudad.